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                 1 
      Hermano 
        debajo 
        de los escombros 
        pastor de arena 
        sin nombre 
        que buscó lo verde 
        y se hizo pueblo 
        entre los ríos, 
        te saco al sol 
        y a la luna 
        para que vean tu cara 
        y tu cabellera 
        y tiemble la tierra 
        contra batalla tan injusta 
        y relinchen las estrellas 
        contra el fuego 
        de lejos 
        que cayó 
        sobre tu lecho. 
      Eras 
        padre 
        en tu morada 
        en tu tierra 
        corazón de rebaño 
        en el desierto 
        ramas a la vera 
        de las aguas... 
        y transformaron 
        tu trigo en cardo 
        y en tus ojos cayeron 
        colinas peladas 
        y aguas muertas. 
      Mueres 
        en la vida, 
        vivirás en la lluvia 
        que busca sus charcos. 
         
      
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                  2
       
      Hermana 
        viuda 
        en la tarde sin mañana 
        preparas 
        lis-san el qua-thi 
        (la lengua del juez) 
        berenjena rellena 
        de cordero 
        que resuena 
        y delata los crímenes 
        contra tu pueblo. 
        ¡Quién te diera 
        un prójimo de paz! 
        ¡Quién te diera 
        una posada en el camino 
        que huye de la guerra! 
        Te lanzan flechas 
        como lenguas asesinas, 
        rebaños de engaños, 
        y el uniforme disfrazado 
        de desierto envenena 
        tus arroyos. 
        Tus párpados de lamento 
        volverán a las plazas 
        para despertar 
        en grito unido 
        y romper la guarida 
        de los chacales. 
          
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                  3 
      Niñas 
        y niños, 
        mortajas blancas 
        sobre los hombros vivos, 
        la vida vuelve a las ventanas 
        y las calles recién barridas 
        oyen una elegía funeral. 
      ¿Entenderán 
        esto las naciones? 
        ¿Quién apretará el gatillo 
        de una cámara 
        para mostrarnos la sangre 
        entre ríos rodeando 
        las cunas salpicadas 
        de civilización? 
      El 
        ganado muge, 
        las cigüeñas huyen 
        de sus nidos, 
        y las madres levantan 
        a los niños sonrientes, 
        amortajados de blanco 
        en la mirilla 
        de los soldados 
        de los candidatos. 
      
       
       
       
        9 de abril de 2004 
         
         
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